Aquella ánima histriónica

Oscuridad te espero en mi palpable lecho
entre humores de la más plena humanidad
marchas cadáver falto de vanidad
con un crisantemo empuñado en el pecho.

Veo el plural martirio, el labial corrido
chistar de cámara, cuatro versos fríos
en mi espina corre un macabro río:
una voz tersa de tono brío.

(Círculo de muerte necesario que es la mujer)

Te siento cerca, un puente nuestras miradas
en tu mano yace ahora la flor ensangrentada
un grito, un desmayo y ritmos tribales
música que guías de vuelta a mis cabales.

Al fin, corazón, dime, ¿qué es lo que nombras?
Combato tu ignominia entre las sombras.

Penumbra y después luz organizada.
Mujer que en el palco sorteas dolores
has roto su máscara, su mirada
y de las palmas recibes los honores
bella dama de tez multicolores.

¡Debo salir, déjame ir, para pasar frente a tus ojos
y vislumbrar tu verdadero rostro!