Una vista te esculpe, con mismas manos
de otro cuerpo; el que te besa
e hipnotiza y ves crecer
el fruto de
tu vientre
en sus
ojos.
Tienes música en el cuerpo:
risas bemoles, plañidos sostenidos,
lenguaje de sílabas, sin palabras;
semántica sin significado,
la plenitud de simas y cimas.
Un volver a posar los ojos
en las reminiscencias,
reconstruyendo tu figura
antes siempre nueva
ahora luz distante,
quizás la misma llama
u otro espectro del instante.
Quiero
esa otra
realidad, con otras
manos del mismo cuerpo;
el que te extraña e idealiza y ve crecer
al hijo prodigio en su cuna: tus despojos.
de otro cuerpo; el que te besa
e hipnotiza y ves crecer
el fruto de
tu vientre
en sus
ojos.
Tienes música en el cuerpo:
risas bemoles, plañidos sostenidos,
lenguaje de sílabas, sin palabras;
semántica sin significado,
la plenitud de simas y cimas.
Un volver a posar los ojos
en las reminiscencias,
reconstruyendo tu figura
antes siempre nueva
ahora luz distante,
quizás la misma llama
u otro espectro del instante.
Quiero
esa otra
realidad, con otras
manos del mismo cuerpo;
el que te extraña e idealiza y ve crecer
al hijo prodigio en su cuna: tus despojos.
1 comentario:
muy buen poema
Saludos
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