2009-04-09

Smári ( II )

Llegué entrada la tarde; la rememoro no como mis ojos obligan a mi memoria, sino como mi entidad intangible la relata.

‹‹ Tres sílabas, ocho letras de bellos oculares y una sonrisa críptica ››

Caminé por las calles del poblado, las cuales estaban merodeadas por gente insípida y errante. Un efluvio europeo de formas y fragancias pululaban y se mimetizaban haciendo la atmósfera suya. Había bocatas por doquier, foráneas y familiares a la vez. Decidí entrar a probar aquellos tentempiés.

—Uno por favor. Rajas con queso. Y un café con vainilla; muy amable señora.

Veo manos inglesas erosionadas por las diligencias subterráneas, ojos azules engullendo con esmero las corazas rellenas.

—Estuvieron exquisitos, muchas gracias.

Siguiendo caminos rústicos; a la vista aparecese maquinaria fina londinense. Conglomeración de entes; humano y aves danzan alrededor de un templete greco-romano. Caja y auricular.

—Sí, el centro. Estaré en el quiosco. —Se escuchaba a través de la maquinaria una voz aguda y vehemente como la de un párvulo; con finos acordes me tocaba las cuerdas del corazón.

Los Anemoi acariciaban con enjundia a la hebra de Apolo, y éste, a cambio, se mantuvo a distancia, asomándose esporádico entre los nimbos. Una mujer longeva deambulaba parsimoniosa, abriéndose camino a través de las palomas, mismas que procedieron a seguirla como roedores a flautista virtuoso. Tambaleándose en su eje, alza su senil garra atiborrada de semillas; buena maestre da orden con respectivo incentivo y dirige armoniosamente a la orquesta plumífera por la bóveda celeste. Primer movimiento: poder y cortejo de alpiste. Segundo movimiento: fox trot avícola. Tercer movimiento: revoloteo y retirada. Cuarto movimiento: vuelta al geriátrico. Los niños aplauden, los transeúntes observan pasmados, y la mente se torna fotógrafa del evento.

‹‹ ¡Oh templete!, epicentro del porvenir monumental. Como torre de vista cardinal, me alojas en tu seno para verla llegar. Sus imágenes, escritos y voz en un cuerpo lo deseo materializar ››

Brisa invernal, ventarrones frígidos de Enero. A distancia una cálida figura, silueta frágil, de porcelana su piel. Justo como la imaginaba, tal vez más prominente, pero distaba de traicionar a la esencia.

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