2009-08-24

Fuego
Sugestionarse con el candor de su sonrisa. El fuego artificial de sus hebras. La mota en la porcelana de su semblante. La silueta escueta y la tosquedad femenina. Sí, toda tú apeteces un tierno manjar de ósculos.

Noche
Te me desapareces con labios rojos. Te subes al palco bajo la luz de un reflector. Ahora más nívea y de anchas carnes. Has de ser serpiente de infames venenos porque de tu manjar ya sólo quiero lamer los humores.

(Te desconozco. Por eso me encantas.)

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