A Gwen

ESTAMOS AQUÍ, en una estrella, a la luna, al rayo que cae sobre la arena, arrastrado por el mar, esperando su ascenso a la par del sol, para caer de nuevo, en el desierto, desgarrando la nube, sangrando lluvia.

Viaja, navega cual Eolo, se encarama en los follajes verdorados de la foresta, se cuela, en la tierra, cama de barro; bajo tu espalda, vereda de hueso, marchan los insectos de tus emociones, resonancias, remolinos de cenizas, vapores del sudor, emanan: lluvia tu corazón.

Una gota, en tu frente, ojo incinerado, petrificado. Dos gotas que se deslizan, bifurcan cual lágrimas, ruedan por las mejillas, grato durazno, néctar bebido a terrones. Ráfagas transparentes, por millones, absorbidas, poro a poro, agua que ya no mojas sí al alma no al cuerpo.

Perfume creas un universo bajo el pecho...