2009-11-11

Son constantes los percances que he tenido ante la lumbre. Yo no sé qué sustancia forma mi elemento pues siempre, tras escasos segundos de extasiada atracción, nos repelemos en una revuelta de vientos. ¿Será que nos sabemos ajenos, partidiarios de un deseo vetado? Y sin más, cuando la visualizo lejos, bajos otras estrellas, con otros sustancias acaso más afines, me precipito en mí mismo y hago de la atmósfera toda clase de fenómenos. ¿Por qué me inundas las llagas, por qué me apagas la sed con llamaradas? Será la única opción sofocarte el oxígeno, sólo cenizas, ¡agua y tierra para la calavera!

No hay comentarios: