Ya me harté de ella, se cree tan única que cuando tiene afán de mezclarse —más bien encaramarse— es repudiada al instante. Por eso me quiero deshacer de esta estrella, su camino —¿es en realidad caminante o trapecista?— es estrecho y chaparro como ella. Es el precio pagado por forjarse un rostro —sí rostro, nunca máscara—.
No hay comentarios:
Publicar un comentario