2010-05-06

Logía

Musa, ilusa o intrusa
que guía mis manos
se retira sin rastro
y regresa sin avisar
preñada de palabras
de dolo y despecho.

Sus retoños
viejos de nacimiento
largas las uñas
vacías las cuencas
filosa la voz
rayan el cristal
de nuestro recuerdo.

Poblar el mundo
de estas criaturas
ombligos de odio
es la vanidad
de mi altruismo
o un acto de
piadoso onanismo.

Ayer le dije
que lo lo nuestro 
acabado estaba
ya no le escribiría
más a su retrato
dándole fin al
longevo amasiato.

¡Cómo la extraño!
Mis dedos duelen
y ya no suelen
encadenar letras
sino garrapatear
palabras desabridas
y huecas.

Mas los instantes
son todos melodía
y la música no puede
ser lágrima y herida
ni todo un día
ni para el resto
de nuestra vida.

Si me pregunta
dónde he de hallar
singular armonía
"en el limbo 
que hay entre 
mi pluma
y el papel"
respondería.

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