2010-06-06

Jano

Me dispongo, sin reproches, acudir a su llamado. Le dedicaré libros, versos, pensamientos, sudor, acordes de guitarra, tiempo...

Que mi cama se recupere y desvanesca mi silueta, que estas cuatro paredes ya no sean las de una prisión y poder escribir la lista de mis movimientos y llevarlos a cabo diligentemente...

En la intemperie, correr un par de metros más y sincronizar mis músculos con la música incrustada a mis oídos.

Ducharme con cálidas aguas. Vestirme poco a poco. Hacer improntas en un cuaderno y después a gastarme los ojos con bellas líneas.  

(Ojalá así las palabras regresen a mí para curarme la resaca)

A diario escribir un verso que me obligue a percatarme de mi condición transitoria, de mi limitada eternidad. Degustar con la vista las estrellas de mi cielo de papel... La pretensión de mi fugaz juventud.  

Después, gastar otras líneas, ésas dedicadas a falsear gestos y emociones.


Preparar charadas para los que quieren hablar otras lenguas y cuyo diezmo me provee lo que ha de irse por el váter.


Por la noche vomitar todo lo que se coló por mis poros para que al efectuar mi ritual somnífero me dé cuenta que no hay horas ni minutos.

Y al dormir te pertenezca. Y al soñar me pertenezcas. Que mis ojos abiertos sean dormir consciente y cerrados un despertar inconsciente.

Y que me ames como se ama a un buen libro... Sin sexos que marginan, sólo con caricias, sonrisas, lágrimas y risas.
 

No hay comentarios: